martes, 5 de mayo de 2009

Desapego

Hoy recibí un mail de una amiga pidiéndome que escribiera algo sobre el desapego, quizás sea un poco más difícil imponerse un tema, sentarse y escribir, pero como a mi las letras me apasionan, espero que la inspiración me llegue camino al andar.
Bueno me imagino que esto viene a raiz de la muerte de su hermano, cosa que me imagino debe llevar un buen tiempo-indefinido para entender, comprender y soltar, y aceptar el orden cósmico de las cosas.
Ayer en la tarde fui al Pranayoga a una recitación/bendición y quizás a un nuevo comienzo de todo, junto a Andrés Wormull mi querido profesor, amigo y guía de Yoga, quién a parte de recitar 108 veces los 108 nombres de Shiva habló largo y tendido acerca de Ishvara, que vendría a ser Aquello que lo sostiene todo, Aquello que está presente en todo y que es el todo, una divinidad superior que también existe en nuestro interior. Bueno y es así, me alegro que lo hiciera de una manera explícita y clara, que expresara eso que experimentó y experimenta él y todos los que se conectan más profundamente con el aquí y el ahora. Me alegró mucho que hablara acerca de lo que nos entrega una práctica consciente, que va más allá de lo físico palpable, que es un cable a tierra, que nos conecta y nos silencia, que nos calma las fluctuaciones de la mente, aunque sea por ese instante efímero diario, de devoción y esfuerzo, que es ese preciso momento donde el Ser Supremo aparece. Y es allí, cuando uno se conecta con lo real, eso intangible y misterioso, ahí es cuando uno despierta y se da cuenta de que todo tiene un orden divino y natural donde se debe aprender a leer y aceptar sabiendo que la vida es muy sabia y muy amorosa, aunque a veces pensemos que es injusta. La vida es muy justa, todo tiene un ir y venir, todo lo que nos pasa es para aprender a Ser, para mantenernos despiertos, conscientes, incluso para remecernos y sacudirnos, a veces eso se necesita para despabilar.
Pero dentro de esto no me siento capáz de hablar del desapego ante la muerte y menos de una pérdida tan dura como la de un hermano, de hecho no puedo ponerme ni me atrevo hacerlo en el lugar de mi amiga, me aterra pensar en eso, pero es así y uno día a día debe saberlo, saber que la vida es frágil , lo que no significa que uno deba andar pisando huevos y lleno de temores, al contrario, creo que las pérdidas sirven para despertarnos, muchas veces , (la mayoría) cuesta comprender el por qué y es allí donde uno debería tener esa fe profunda esa certeza de que todo tienen un orden divino, que detrás de cada cosa, por muy terrible que parezca, está la mano de una Unidad Universal que mueve las cosas, siempre a nuestro favor, siempre para hacernos crecer. Para que no nos quedemos pegados en lo trivial, en lo terrenal, para mostrarnos que hay mucho más allá, que todo es infinito, sólo la carne muere, y ni siquiera, se transforma vuelve a su estado puro de existencia, vuelve de donde viene. De esa fuente inagotable de luz . Donde mora nuestra Alma, el Ser , Atman.
A través de mi experiencia personal frente a pérdidas de seres queridos, muy queridos, puedo decir que la noción de tiempo lineal que re-conocemos se esfuma y viene una especie de tiempo circular, donde no sabemos cómo transcurren los días, meses años, a veces uno siente como si fue ayer, otras que ha pasado mucho tiempo, muchos años.

Siempre que se habla de la muerte se me viene a mi mente y corazón esas historias indias donde los antiguos sadhus y yoguis conquistaban a la muerte y se sentaban a esperarla, ellos decidían cuando dejar el cuerpo. Que conectados estaban, que entregados a la naturaleza divina. Yo creo que no hay palabras de consuelo, creo que hay que vivir el proceso sin luchar, sin querer entenderlo de manera racional, sólo dejar sentir y quizás sirva rendirles culto, hacer un pequeño altarcito, prenderles velas o un incienso o poner una flor, recordar, hablar con ellos ya que están presentes en otro plano. Y estar conscientes de ello, porque si estamos alertas nos daremos cuenta de ello, que todos estamos unidos eternamente. Quizás sea más difícil la aceptación para nosotros que estamos insertos en esta cultura pop, donde la muerte no es tema, donde se asocia al luto, donde los rituales son cada día menos rituales, en otros países orientales, se visten de blanco, la muerte es transformación, purificación, en otros sólo los hombres preceden el rito, incluso se rapan, en otras los amortajan con aceite, todos ritos sagrados unidos en devoción. Creo que si uno tiene ese regalo, aunque suene paradójico, de estar en ese proceso, debe rendir culto.
Una vez conocí a una mujer muy bella, inteligente, iluminadita, que dijo que el universo se sostiene por cierta frecuencia vibratoria, ( frecuencia que generan todos los seres), si esa frecuencia llegase a bajar, el sistema colapsaría, por eso a veces hay muchas muertes o grandes catástrofes ya que la frecuencia vibratoria más elevada es la que se produce en el minuto de la partida, y es allí donde la fuerza de la naturaleza aparece y donde uno puede darse cuenta y rendir culto a este movimiento planetario, que tiene siempre un órden divino.