lunes, 15 de diciembre de 2008

un respiro

A veces durante esta época del año uno tiende a colapsar, aunque uno no lo quiera y no caiga en la vorágine caótica navideña y locuras demases, a veces sucede y uno explota, se expande. Ayer reventé. Hacía mucho que no lloraba con tanta pena, estaba tan triste, me llegabaa doler el pecho, lo sentía apretado, me sentí sobrepasada, agredida e invisible. Se me juntaron muchas cosas a lo largo de este año, aunque debo reconocer que fue un año muy maravilloso y creo que gracias a este año de la Rata, fue que pude resistir estos últimos meses sin agachar la cabeza y aceptando, en realidad he aprendido a aceptar, lo que venga, lo acepto porque sé que aprendo, aunque sufra o me sienta frustrada, al final siempre aprendo y agradezco lo que me sucede, ya que todo me hace ser mejor persona o por lo menos trato de serlo, y creo que es por eso que ayer reventé, me sentí pasada a llevar por todos mis flancos, de maneras obvias, otras sutiles otras casi para no creerlo. En fin hoy amanecí con los ojos achinados de lo hinchados, pero más liviana. Ayer en medio de la tormenta me fui a mi querido jardín, el cual he hecho a pulso a mucho orgullo, porque está muy conectadito, y me puse a trabajar con las piedras del suelo , sentada sobre la conchuela haciendo distintas formas y me di cuenta de que es una muy buena terapia, que calma la mente y te lleva a un estado epecial de tranquilidad y meditación, asique probé en terreno que de verdad los jardines zen funcionan. Hice un Om bello con piedras que se ve desde mi ventana y como dicen mis amigos pleyadianos, no hace falta ir a un parque especial para conectarse con la naturaleza y sus sonidos y frecuencias. Mi jardín es mi respiro, mi cable a tierra bien Tierra. Tengo varios bebederos donde llegan los pajaritos a tomar agua y bañarse, llegan muchos, de hecho hay una familia de x pajaritos naranjos que llevan meses visitándonos. Incluso me despiertan en las mañanas al alba...un regalo...y en medio de este paraíso donde todo fluye es donde encontré la calma necesaria para poder suspirar bien hondo y recomenzar sin rencores mi nuevo día. Difícil, pero hoy partió todo más claro, más calmo y algo ya se soltó, esa tensión, ya todo se va soltando y aceptando lo que venga, con gratitud. Esa es la manera de recibir los regalos provenientes del universo.