lunes, 17 de noviembre de 2008

Cali/ Colombia



La recta en el camino es la metáfora de todo lo que en nombre del orden impuesto, va normando los hábitos, disciplinando la mente.

La “acción de arte” comprende un evento en el cual las líneas que dividen las pistas de circulación de tránsito son cruzadas con otra línea de iguales características, generando como resultado un signo más +.
De esta forma alterando un tramo de la circulación cotidiana, utilizando el signo de tránsito como paradigma, Lotty Rosenfeld intenta poner en evidencia una de las formas cotidianas en que opera el poder, muestra como existe una obediencia irreflexiva al orden existente y produce un conflicto en la apariencia de naturalidad que portan las diversas ordenanzas.

Es un gesto de desacato que dice No a una marcha predeterminada, con lo que se busca “ordenar” a los cuerpos individuales con el fin de conseguir un individuo políticamente dócil y económicamente provechoso.

La obra implica una relación entre obediencia y desacato, entre control social y anti disciplina y eso cualquiera sea el contexto, siempre tiene un significado.

Es poner en el espacio público producciones artísticas incómodas a las operaciones de mercado.

Por otra parte, en el contexto del 41 Salón de artistas que se realiza hoy en Cali, llevar a cabo una “acción de arte” en la 5ª av. de la ciudad, es establecer una tensión entre un adentro y un afuera de las instituciones culturales: espacios de demarcación de legitimidad artística y el espacio de la ciudadanía, de lo social, de lo político.

Que los significados del arte no se lean sólo dentro del ámbito de las instituciones artísticas, sino que también se disgregue por las tramas urbanas, confrontando al transeúnte de todos los días al desconcierto de una alteración en la regularidad del orden.

Los pequeños actos cotidianos de obediencia irreflexiva al orden existente crean, reproducen y refuerzan las estructuras sociales.