lunes, 3 de diciembre de 2007

Despertar

La vida da tantas vueltas, a veces uno siente que es injusta, dura, pero finalmente uno se da cuenta que no da puntada sin hilo. La vida es sabia, siempre nos da mensajes, siempre nos enseña, a veces con hartas lágrimas, otras a puras carcajadas. Pero no hay felicidad sin dolor, sería imposible conocer la plenitud sin haber conocido el torbellino.
La semana pasada estaba limpiando el altarcito que tenemos en la escuela de Yoga con un Buda y encontré un pájaro muerto a sus pies, fue raro pensé, bonito también y se me pasó por al cabeza que era una especie de aviso...Y así fue al parecer, ese Ser que estaba esperando ya no está, cumplió su tiempo, su misión y su propósito. Ese era el tiempo que él necesitaba y que yo y mi familia también para que surgieran cambios por todos los flancos. Fue bastante triste la situación y también tan acelerada que recién ayer decantó un poco, lloré bastante y saqué afuera las emociones que me habían quedado sedadas con la rapidez y con la anestesia.
Este embarazo fue por un lado tan sentido, las emociones viajaron en una montaña rusa. Hubo mucha pena al principio ese no querer estar embarazada, aceptar ese sentimiento de culpabilidad por lo que me sucedía; y después mucho amor y aceptar con alegría y entusiasmo a este nuevo integrante. Y Me entregué a la vida y su trazado plan maestro y sucedió lo que ya estaba establecido. Es extraño decirlo pero estoy segura que tenía que venir por ese período, que tanto para él había quedado pendiente algo, como para mi, yo tenía que crecer, que aceptar y aprender sobre esto. Estoy contenta y agradecida de todo lo que pasó.