domingo, 14 de septiembre de 2008

Un nuevo camino

Este Lunes 15 parte mi querido maestro de yoga Andrés Wormull, por un período bastante largo a sus amadas tierras de la India. Un viaje muy importante para su Ser, para su enseñanza y para todos sus alumnos de cierta forma ya que dentro del camino de la experiencia del yoga, es importante darse cuenta que no dependemos de ningún profesor para que sigamos explorando y profundizando en este viaje, que si bien es necesario un guía, es el yoga y la práctica misma nuestro maestro.
Para mi personalmente es muy raro no ver semanalmenta al Andi ya que por muchos años lo he estado viendo y compartiendo a su lado silenciosamente, como una hormiguita trabajadora escuchando y vivenciando sus enseñanzas, he aprendido a desarrollar al máximo la voluntad y la devoción a esta disciplina gracias a esa semilla que plantó en mi y en muchos compañeros de práctica años atrás.
Para los más antiguos quizás el tema sea un poco más emocional ya que sé que todos aquellos que tienen en su disco duro su práctica, no la dejarán, pero quizás los más nuevos les cueste disfrutar las sesiones de yoga con otros guías y descubrir que la práctica personal es maravillosa, que de verdad hay que desarrollarla. Es una práctica donde estás tú solo, donde no hay ningún tipo de ego, es muy humilde y silenciosa y por lo mismo cala muy hondo.
El viernes fue la despedida en el Pranayoga, donde Andrés hablo largo rato, aconsejo a los más nuevos, ya que a los profes que quedan de planta, me incluyo, nos habíamos reunido unos días antes y ahí nos guió. Y los aconsejó a no tener temor de soltarse, de emprender un nuevo camino. Frente a todas sus palabras me sentí muy en familia, muy cómoda y muy segura, ya que desde la guía de cómo hacer las clases, de hacerlas de manera individual y personal hasta cómo abordar a los alumnos y las intros, me di cuenta que la experiencia es lo que nos da la confianza y la seguridad para desenvolvernos frente a la enseñanza y eso me puso muy feliz, ya que en este camino de enseñar uf! que ha sido bastante potente en muchos aspectos, sentí que el desapego ya lo había vivido, y fue bastante duro, hoy al mirar atrás, a pesar de haber sufrido en ese instante horrores y haberme sentido muchas veces fuera de un clan, me hizo sacar alas propias y explorar y desarrollar mi identidad.
Digo todas estas palabras sin ningún tipo de remordimiento, al contrario con una gratitud infinita al universo por haberme dado las claves y la fuerza para seguir adelante. Y sigo dándome cuenta de que los planetas se ordenan siempre a mi favor y al favor de todos los seres para que aprendan y despierten, en la justa medida. La vida siempre se encarga de hacernos crecer. Y ahora me siento super íntegra, y a la vez siento que me falta un camino infinito para recorrer y aprender, y que día a día mi práctica me muestra que la devoción y la humildad son la base de una práctica serena y profunda.
Este año han habido una serie de cambios energéticos y de movimientos de amigos rotundos, muchos de mis compañeros más cercanos han partido, Jano a NYC, la Mara, socia, compañera y amiga a India, la Madhu y Gourendo a Arica, la Patty y el Gonza de vuelta a Stgo. y hay minutos en que uno sentía que el piso se movía, que quizás se iba a desvanecer algo y todo siguió su curso, las prácticas continuaron, aunque fueramos 3 en la sala, la devoción permanecía y esa sala maravillosa se cargaba y cargaba de shakti. Y paralelamente mi escuela, Darshan con su maravilloso espacio iba tomando cada vez más cuerpo y yo como alumna y practicante iba soltándome más y más, al principio con un poco de temor ya que estaba frente a muchos cambios que los debía abordar sola, el cambio de escuela, las clases en un principio sola, y todo eso pasó, fue decantando y las cosas se fueron ordenando y ajustando...y de repente desperté y me encontré que todos mis alumnos seguían ahí, los sentí tan involucrados, tan alucinantes, bellos, y vi que todos han ido creciendo paralelamente a mi, van paso a paso pedaleando, descubriéndose y estando, día a día frente a su práctica. A veces cuando estoy en la sala, observando el ritmo de sus respiraciones, sus movimientos me emociono profundamente al ver como sus cuerpos van cambiando, sus brazos se van fortaleciendo y lo más bello es el brillo en sus miradas, la actitud que les cambia, y allí es cuando me doy cuenta de que todos están en el mismo viaje, bien conectaditos, conociéndose, entrando en su Ser puro, silenciándo su mente y expandiendo su corazón. Gracias a la Diosa, a la existencia, a la energía universal por este maravilloso despertar y a todos los que comparten día a día la práctica y a mi amigo y maestro Andrés por haberme mostrado este camino. Om Shanti, Shanti, Shanti